lunes, 25 de noviembre de 2013

La Llanura

Salto de la cama,ese sobre inyectado de sueños,más bien pesadillas de ida y vuelta,abro la ventana con desdén, bajo las escaleras,no sin antes mirarme en el espejo de la bajada,entro en el baño, me quito el pijama y me visto.Esta vez me toca un vestido,largo y cálido,me observo en el espejo,¿esa soy yo?. Cierro los ojos y me dejo caer para sentarme en el borde de la bañera,un día más,un puto día más. Esto es demasiado, me estoy volviendo loca y quiero salir de esta prisión de árboles y lagos.
La casa de la llanura había sido construida hacía doscientos años,aunque mis abuelos vivían allí desde los años veinte.Era un edificio austero,de piedra gris,recubierto de hiedra y ventanas enormes que dejaban pasar el sol de este mes de marzo.Lo heredé pronto,como los baberos usados de los que son recibidos primero en la antesala del parto.
Al igual que hoy ese día estaba sentada en el borde de la bañera(será que me gusta la sensación de un equilibrismo consciente de abrir el grifo y ver los gorgotones de agua cayendo en la porcelana vieja curtida de piel muerta)sonó el amante hueco de la modernidad,ring ring,yo hipnotizada en mis legañas,ring ring.La voz del otro lado(una voz agujereada por el ruido del tráfico),me dijo que tenía dos sobres esperándome en un apartado de correos,uno era la carta de suicidio de mi padre,el otro contenía las llaves de su casa.No entiendo porque mi padre aún conservaba esta alimaña de comer dinero,el suicidio fue como todo lo que hizo en su vida,esperado.Hacía tiempo que estaba enfermo de cáncer,él se veía cerca de la muerte,los demás le veíamos sin fuerzas para la próxima sesión de químio,así que se ahorcó en el despacho. Qué gritos debió de dar su cliente cuando le encontró azulado,con los pantalones meados y sonando Non rien de rien de fondo.
Me miro en el espejo,fíjate me digo,soy los ojos de mi padre,la boca de la abuela,la nariz de la mujer que me alumbró(nunca conocí a mi madre,a la verdadera,no a la loca costumbrista de buen parecer que se casó con mi pobre padre).Me toco el pelo (teñido,a cada crisis un color),me digo:vamos,está bien.Me levanto,paso la mano por el espejo,como dibujando mi rostro, ó más bien,los rostros que le forman,arrastro mis pies descalzos(manías,parece que quiero dejar mi impronta a cada paso,como la baba del caracol al arrastrar su casa,claro que mi baba es más ácida y mi casa-cuerpo una escombrera).Llego a la cocina,abro la nevera,cojo la leche,la vierto en un tazón de unos dibujos que me encantaban de los años ochenta(Los Fraggle Rock),y pongo el microondas.Espero a que suene el clic típico de que todo está listo,me siento y decido que ya que mi editor quiere un best-seller,(no la novela de conspiraciones que estas acostumbrada a escribir,quiero algo de verdad,algo que llegue,de Dan Brown está el mundo lleno)pues le daré algo "que llegue" escribiré mi diario,como una nota de suicidio para disculparme ó para que se den cuenta que merecía la pena no escribirla.
Así que,click,café listo,papelillo,boquillas y Virginia como para aguantar una guerra,IPad y una vida escalofriante, aquí mis primeras páginas:La llanura

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